jueves, 27 de octubre de 2011

En paz, muero

En las últimas páginas de "La elegancia del erizo" empezó a llover. Sorprendentemente también rodaron lágrimas en mis mejillas. Y digo sorprendentemente porque cuando empecé a leérmelo ( lectura obligatoria de la primera evaluación en literatura universal) no podía leer tres páginas seguidas. Es un libro con mucho contenido, tienes que tener tiempo y una infusión en la mesilla porque el libro requiere profundizar y sobre todo, mucha cultura e idea de lo que te quiere decir la autora. Por eso, me extraña que estén por la edición nº 31 y que lleven 400.000 ejemplares vendidos.
Atención a esta frase:
Quizá estar vivo sea esto: perseguir instantes que mueren.
Que decís?
Yo digo que ha parado de llover, que hoy ha anochecido a las 7 y 30 y que cuando he salido con mi paraguas transparentes al zapatero he recordado que la perris debe volver a plasmar sus sentimientos mirando de hito en hito que afuera hace frío y el otoño no espera que cojas el abrigo.

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